Fue estación ferrocarrilera por varias décadas hasta antes de la privatización de este transporte y durante mas de 50 años dio vida al poblado de estación Catorce. El ferrocarril paraba diariamente trayendo a los pobladores de las comunidades aledañas y del propio Real.
En temporada de fiestas, la mayoría de los peregrinos que venían a ver a San Francisco de Asís lo hacían por tren y después tomaban las willys que llevaba a los viajeros del tren a todos los poblados y comunidades.
Otros pagaban la manda a San Francisco con la caminata desde la estación, a través del camino de los arrepentidos hacia Real.